Ekain Espilla es un txalapartari de Guernika. Comenzó a tocar por casualidad en un Ongi Etorri o una bienvenida a los presos. Ese día no estaba el txalapartari,  por eso le pasaron las makilas a Ekain para que amenizara el evento. Desde aquel momento toca la txalaparta, aunque siguió aprendiendo al lado del pórtico de una iglesia durante años porque allí había una sonoridad especial. También hace dantzas, las danzas tradicionales euskaldunas, y se caracteriza a sí mismo por estar metido en todos los 'araos' culturales de la zona.

Los ritmos están en su oído y sus manos los hacen posible. Por eso el txalapartari afirma que no necesita partituras porque para él “tocar es como jugar”. Espilla contó  que “al final son ritmos improvisados donde se buscan nuevas combinaciones de sonidos”. Los ritmos de la txalaparta se pueden conseguir con cualquier material, incluso Espilla llegó a tocar con los tablones podridos de una iglesia en reconstrucción.

Además, este txalapartari decidió probar otras fusiones musicales con este instrumento tradicional. El ritmo de la txalaparta acompañado con el sonido base de la música electrónica es algo que le fascina y considera que tiene mucho futuro.